El cobre es un metal que es flexible, maleable, dúctil, rojizo, y, de entre todos los elementos es, junto a la plata, de los mejores conductores del calor y la electricidad. A temperatura ambiente y condiciones secas, es resistente al oxígeno, al hidrógeno, nitrógeno y al carbono; en condiciones de aire húmedo, se recubre de una pátina. Cuando se calienta, entra en reacción con el oxígeno, se disuelve en ácidos oxidantes y, en presencia de oxígeno, con ácidos no oxidantes. En cuanto a grados de oxidación: principalmente II (compuestos estables) e I, ocasionalmente III y IV (compuestos inestables). Las soluciones en agua de los compuestos de cobre son azules; los compuestos de cobre solubles son generalmente venenosos.

Los objetos hechos de cobre y su aleación son resistentes a la intemperie, ya que están completamente cubiertos con una capa de carbonato básico (llamada pátina), que protege su superficie de la corrosión

Fórmula química (Símbolo): Cu;
Número atómico: 29;
Peso atómico: 63,546;
Temperatura de fusión: 1.083,45 ºC;
Temperatura de ebullición: 2.582 ºC;
Densidad: 8,92g/cm³.

Lugar en la tabla periódica de elementos: metales de transición, grupo 11 (junto con el cobre, pertenecen a este grupo el oro, la plata y el roentgenio).

Se calcula que hasta el 80% del cobre extraído todavía está en uso o disponible para su reprocesamiento. Debido a esta propiedad, se puede suponer que el cobre extraído hace mil años todavía se usa en dispositivos modernos.

La posibilidad de obtener cobre a partir de materias primas secundarias, sin perder su calidad, es uno de los beneficios más importantes de este metal rojo. Se supone que el 40% de la demanda europea de cobre se satisface con metal obtenido de materias primas secundarias.

Un automóvil de tamaño medio contiene hasta 22,5 kg de cobre. Sin cobre no tendríamos equipos eléctricos y electrónicos, motores inteligentes, soporte de caja de cambios, sistemas de sensores o de sistemas que proporcionan tanto información como entretenimiento. Estando sujetos a una constante expansión, los sistemas electrónicos altamente eficientes existentes en los vehículos modernos requieren cada vez más electricidad y, como resultado, más cobre.

Las turbinas eólicas marinas más grandes en los mares del Norte y Báltico contienen hasta 30 toneladas de cobre en un solo dispositivo. El cobre se usa principalmente en los generadores de anillo de turbinas eólicas. Producir una tonelada de cobre emite menos de una tonelada de dióxido de carbono. Mediante el uso de cobre en turbinas eólicas y la producción de energía verde, es posible limitar significativamente la emisión de CO2 a la atmósfera.

Comenzando con las sartenes de nuestras abuelas y terminando con ollas de los mejores cocineros galardonados con estrellas Michelin, ¡los platos fabricados en cobre no tienen rival! ¿Por qué? Porque el cobre es la mejor materia prima para producir utensilios de cocina. Es un excelente conductor de calor, proporciona una temperatura uniformemente distribuida y constante, y limita la inercia térmica de los platos. Las propiedades antibacterianas del cobre hacen que las comidas preparadas en dichos platos sean mucho más saludables.

Los microbios no se descubrieron hasta el siglo XIX, pero las propiedades protectoras de la salud que tiene el cobre ya se conocían en la antigüedad. Egipcios, griegos, romanos y aztecas utilizaron compuestos de cobre para curar enfermedades y mantener la higiene. Los egipcios usaban cobre para esterilizar el agua potable y desinfectar heridas. Hipócrates trató las heridas abiertas y las irritaciones de la piel con cobre. Los romanos anotaron numerosos usos del cobre mientras trataban diversas enfermedades. Los aztecas trataron la inflamación de la garganta con cobre, los persas y los hindúes aplicaron cobre en ampollas, infecciones oculares y úlceras genitales.

En la antigüedad, los metales utilizados en la acuñación eran principalmente plata y oro. Solo las monedas más pequeñas eran de cobre. Muchas cosas han cambiado desde entonces

En el siglo XXI, el cobre se usa ampliamente como metal de acuñación. El euro está hecho de varias aleaciones de cobre, incluido el oro nórdico, una aleación de cobre de color dorado especial, que se crearon para esta moneda. Fue el cobre el que remplazó la plata y el oro en la producción de monedas y, por tanto, se convirtió en la materia prima más común para la acuñación.

En la actualidad, muchas de las monedas en circulación en todo el mundo se producen utilizando aleaciones de cobre.

Los arqueólogos han descubierto que las tuberías de cobre ya se usaban para construir acueductos en los tiempos del antiguo Egipto, aproximadamente en el 2750 a. C. Un ejemplo de tal instalación se puede admirar en el Museo Nacional de Berlín. La primera tubería de agua en cobre que se conoce proviene de las proximidades de la pirámide de Sahura en Abusir (Egipto). A pesar del paso del tiempo, la instalación de cobre todavía está en muy buenas condiciones, al contrario que el templo del que proviene. Ésta es una prueba irrefutable de que el cobre es un material duradero. Hoy en día, este elemento también se utiliza para tecnologías de calefacción y sistemas de suministro de agua.

El cobre se ha utilizado durante miles de años en la construcción y la arquitectura. Los tejados de cobre en los templos, palacios u otros edificios públicos, así como alcantarillas, gárgolas y pararrayos, son ejemplos perfectos del uso dado a este material. Lo común de su uso que tiene el cobre se debe a su durabilidad y su resistencia a las condiciones climatológicas y ambientales. Se calcula que la vida útil de un tejado de cobre es de entre 100 y 300 años. Durante ese tiempo tiene lugar un cambio continuo y constante del color de los componentes del tejado. Esto se produce porque, como resultado de la oxidación del cobre, se forma una delgada lámina alcalina de carbonato de cobre denominada pátina. El color del tejado cambia de rojizo claro a marrón oscuro y posteriormente a su característico tono verde.

En la arquitectura, el cobre se puede encontrar en estatuas y obras creadas para conmemorar personas o eventos importantes, pero también para decorar espacios creados por el ser humano. Las estatuas se convierten normalmente en un símbolo representativo de una ciudad (la Estatua de la Libertad en Nueva York, Las Columnas de San Marcos en Venecia, La Estatua de la Sirenita en Copenhague, El Manneken Pis en Bruselas y El Monumento a la Amistad en Legnica).

El cobre es esencial para nuestro cuerpo a lo largo de toda nuestra vida y su escasez puede causarnos muchos problemas. Una dieta equilibrada ayuda a evitar la falta de cobre, siendo la dosis diaria recomendada de aproximadamente 1 mg.

Algunos productos son especialmente ricos en cobre, como, por ejemplo: nueces, cereales, garbanzos, hígado u ostras. Los alimentos naturales como los cereales, la carne y el pescado contienen suficiente cobre para satisfacer el 50% del consumo diario necesario. También hay otras fuentes de cobre más sorprendentes y deliciosas, como el cacao y el chocolate.

El cobre es extremadamente importante para la salud y tiene un impacto a lo largo de toda nuestra vida, desde la etapa embrionaria hasta la tercera edad. Junto con el hierro y el zinc, es responsable de nuestro bienestar. Lo necesitamos para la formación de vasos sanguíneos, para tener un corazón sano o para la estabilización de las fibras de colágeno y los tejidos conectivos. El cobre también es esencial para el desarrollo del cerebro y la conexión efectiva entre nuestras neuronas, así como para tener unos dientes y huesos sanos.

El progreso que tuvo lugar en los siglos XIX y XX implicó el descubrimiento de nuevas aplicaciones para el cobre y, además, la demanda de esta materia prima aumentó significativamente. Entre 1850 y 1945, la producción de cobre se multiplicó por cuarenta.

El cobre comenzó entonces una revolución que perdura hasta la actualidad y es probable que continúe siendo uno de los recursos más necesarios para el ser humano en el futuro. Su uso en las nuevas tecnologías y dispositivos electrónicos como smartphones, ordenadores, etc., demuestra que el mundo actual no puede desarrollarse sin cobre.